El alcalde de Madrid debe tener un problema de conciencia pendiente y es la abierta incoherencia que demuestra entre su fe católica y su pertenencia al PP. Gallardón, con el deseo indisimulable de recoger algunos votos en el caladero de izquierdas, hace caso omiso a las exigencias de su conciencia católica.
Pese a la decisión de su partido de presentar recurso de inconstitucionalidad a la ley de matrimonios homosexuales, él manifiesta sin ambages, su apoyo a tales gay-monios por un interés político, incompatible a todas luces, con la enseñanza del Magisterio eclesial.
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