No, no era una Cabalgata de Reyes. Era el “circo de Gallardón” y su caravana multicultural. Jirafas, Personajes Disney, Elefante, “Dama de la Paz”, Sioux, indios, dragones, geishas, saltimbanquis, samurai… personajes tan “navideños” como Phileas Fogg y la “Vuelta al mundo en 80 días”…
Ni rastro, ni cita, del Niño Jesús. Al final de tapadillo unos magos-lacayos del faraón que rindieron pleitesía al Alcalde enfrente de su Palacio. (“Nos encontramos un Madrid cada año más bonito”, Melchor-Cobo dixit).
Se le olvidó decir a Melchor que no le pudieron traer las Olimpiadas al Alcalde por Malo.
¿Le traerán alguna vez los Magos, la presidencia del PP?
– Confiemos que no.
Luis María Anson describió así las cabalgatas de Gallardón, organizadas por Delia Piccirilli, una pintora contratada por el Ayuntamiento:
“Infinidad de padres cristianos madrileños llevarán mañana a sus hijos pequeños a la Cabalgata de Reyes. Los niños disfrutarán entusiasmados como siempre y los padres regresarán a su casa satisfechos. Pero hay una espina entre las rosas.
Delia Piccirilli, que considera la religión como el opio del pueblo, lo ha preparado todo para confundir en las cabecitas de los niños las verdades cristianas con los cuentos de ficción.
La sagacidad de Lenin para combatir la religión ideó mezclar las manifestaciones religiosas, y no sólo las navideñas, con los cuentos, para que el niño al crecer identifique unas y otros. Blancanieves, El mago de Oz, Caperucita roja, Alicia en el país de las maravillas son cuentos que encienden la imaginación infantil. Se trata de que la historia del niño Jesús sea un cuento más.
Los esfuerzos del Ayuntamiento para paganizar la Navidad sustituyendo en muchas calles las luces tradicionales y las estrellas de Belén por adornos asépticos o colgantes con palabras absurdas, alcanzan su máxima expresión en el intento de desvirtuar la Cabalgata de Reyes, encomendada al «progresismo» de Delia Piccirilli, que cobrará, pagada por todos los madrileños, unos honorarios de millones, y se dedicará a hacer todo el daño que pueda a las creencias cristianas, mayoritarias entre los electores que dieron el triunfo al actual equipo municipal.”
O Ignacio Camacho en ABC:
«No habrá belén, ni estrella, ni pastores, ni ángeles, pero al cabo vienen los Reyes con su cortejo esplendoroso de imaginación y de utopía. Y no hay modo coherente de contar ese relato extraordinario sin la referencia última de un Niño en el que simbolizar el comienzo inocente y liberador de una nueva Historia.»
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