El XVI Congreso “Chino” Popular de Valencia

Empieza el Teatrillo. Todo parecen buenas palabras, unidad, ovaciones a Cospedal, sumisión al “eterno Mariano”, abrazos y aplausos. Pura farsa, comedietas, dramatizaciones y actuaciones dignas del “Teatro Chino” de Manolita Chen.
En eso se ha convertido la “casta política”, imitando a ZP: en figurantes, comediantes y titiriteros de tercera que quieren aparentar cambio, modernidad, centrismo, unidad, dialogo, moderación, democracia interna… Vamos que la “moda Gallardón-ZP” triunfa. Todo cambia para seguir igual con Rajoy vencedor y eterno candidato… hasta las próximas elecciones al Parlamento Europeo. Todo es provisional, aburrido, forzado, previsible y falso.
Por eso lo mejor es que no hayan surgido candidaturas alternativas, el congreso nace muerto y deslegitimado («En unas generales vota el 70 por ciento de la población; en el PP, el 3 de la afiliación»).
Dentro de las pocas ideas veamos que pasa con las ponencias: No es lo mismo que las propuestas de Vidal Quadras sobre la nación o las de Eugenio Nasarre sobre la libertad de enseñanza salgan adelante. O que no atiendan las enmiendas a favor de la familia y el matrimonio presentadas por los diputados Nasarre y José Eugenio Azpiroz. No es lo mismo para quien esté dispuesto a trabajar al medio y al largo plazo, que es el que cuenta, por un partido firme en la defensa de la libertad, la familia, la solidaridad y el bien común de los españoles. O un partido que lo único que pretenda es ganar elecciones “como sea”, a “costa de lo que sea” y engañando a “quien sea”.
Crecemos juntos. ¿Para qué?…

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